miércoles, 3 de octubre de 2012

Padre, aparta de mi este cáliz



Un día cualquiera alguien puede aparecer y cambiar su curso. Son tantas las maneras como ese cambio puede llegar que con el tiempo debemos aprender a identificar el instante, si queremos conocernos mejor. Algo viene a hacernos sentir bien, conspirar contra la apariencia de actualidad con que el ahora esconde la profundidad del tiempo.
Una mujer escucha la canción En construcción, de Chico Buarque, los que no conocen el tema se admiran de su letra, pero otros la hemos escuchado muchas veces. En ella, el protagonista va sufriendo una serie de mutaciones en una vida de cuya rutina no puede escapar, se convierte en un animal donde las muestras de afecto pierden todo sentido, para terminar estallado; primero de un modo sorprendente interrumpiendo el tráfico, al final, ya carente de toda materia humana, hecho un paquete flácido. Chico Buarque escribió esto en medio de la dictadura que desgobernó Brasil. Prohibida la libertad, lo que tenemos de humano se difumina. Nuestras acciones son invadidas por la rutina y aún los momentos más bellos parecen dibujar una mueca de asco. Nada vive bajo el peso de los tiranos, nada vive en Cuba. Lo único que estos momentos tienen de humanos es el grito. La plegaria, dirigir los ojos a algo que no sea un semejante del que se teme pueda delatarnos. Dios o los dioses se convierten en confidentes y el arte se llena de alusiones divinas. Así parió Chico Buarque otro de sus temas inmortales: Calise. La canción comienza pidiendo: “padre, aparta de mi este cáliz”. La semejanza de pronunciación que en portugués tienen la palabra cáliz y la palabra cállese, permite un juego de palabras donde la vociferación del militar viene a silenciar la petición del desgraciado a lo largo del tema. Después de estas dos canciones todo compositor podría ir a dormir, su vivacidad queda en el aire y el tiempo y el espacio son incapaces de aprehenderlo.
Próximamente serán las elecciones en Venezuela y un Chávez agonizante, física y espiritualmente, no para de amenazar con la guerra civil, de insultar a su contrario, de responder con miedo al agotamiento. Su derrota sería para Cuba el fin, una vez más, de un régimen de beneficios desmedidos por servicios deficientes. El ahondamiento consecuente de la crisis económica cubana obligaría a Raúl Castro a acelerar un sistema de reformas empantanado, a implementar una ley migratoria que favorecería la ya lamentable enajenación, para Cuba, de muchos de sus mejores y más preparados jóvenes, y a acrecentar la violencia contra la sociedad civil cubana que anhela conseguir la suplantación de sus expirados gobernantes.
Los temas de Chico Buarque tienen hoy, por tanto, la fuerza que tuvieron siempre para las sociedades donde la libertad permanece anegada en los drenajes de ciudades ruinosas y campos secos. Para Cuba, donde todos los que somos padres o madres queremos disfrutar la libertad sin tener que huir con nuestros hijos de los fragmentos de metralla, sin un avión bombardeando las tiendas de víveres como pasa en las zonas rebeldes de la ciudad siria de Alepo, sin una mano infantil, rígida, saliendo de entre las piedras; para Cuba Chico Buarque conmueve como el primer día.           

De muito gorda a porca já não anda,
de muito usada a faca já não corta;
como é difícil, pai, abrir a porta,
[1]
               
 Chico Buarque: Calise

Boris G. Arenas


[1] De tan gorda la puerca ya no anda/ de tan usada la daga ya no corta/ qué difícil es, padre, abrir la puerta (Chico Buarque Calise)
Esta y otras informaciónes fueron tomadas de: http://sanchezsottosanto.over-blog.es/

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