El pasado mes de
junio de 2011 compré en la librería Hurón Azul de la UNEAC la
Órbita de Manuel Moreno Fraginals. Una selección de escritos
del autor de “El ingenio”, una obra que todos deberíamos leer,
sea cual sea nuestra vocación profesional y nuestra filiación
política e intelectual. A falta de “El ingenio”- solo hay una
edición cubana de la obra completa-, puede acercarse al pensamiento
de Moreno Fraginals a través de esta selección, cuidadosamente
realizada y prologada por Oscar Zanetti Lecuona. El prólogo de
Zanetti –pocas personas podrían hacerlo mejor que él- analiza la
situación historiográfica posterior a 1959, el entorno en que
Fraginals escribe El ingenio y algunas consecuencias
personales y teóricas de su publicación al tiempo que aborda
críticamente muchos de los ensayos incluidos en el libro. Finalmente
Zanetti refiere uno de los principales acontecimientos de la vida de
Fraginals, el abandono de su patria, ya en la vejez, para marchar a
residir a Miami. Zanetti no deja de censurar la decisión de Moreno
de marchar al exilio y, en particular, a Miami. Pero por la
honorabilidad que aflora en cada escrito suyo y el cuidado que
siempre pone en realzar la obra de Moreno Fraginals, podríamos decir
que semejante juicio, lejos de enlodar la memoria del maestro, la
enaltece. En el prólogo, fechado en noviembre del 2009, Zanetti es
menos riguroso que en el año 2001, cuando a propósito de la muerte
de Moreno Fraginals afirmaba, en un artículo aparecido en la Gaceta
de Cuba1,
lo siguiente:
“Lo que no
alcanzamos a comprender quienes apreciábamos a Moreno –y
continuaríamos tratándolo con el afecto que merecen su obra y su
carácter-, lo que se nos hacía inaceptable, es que este gran
historiador dejase a su país en crisis, para irse, a Miami, a echar
su suerte con la descendencia –si no económica, ciertamente
ideológica- de la sacarocracia cuya gestión histórica tan
profundamente censurara”
En el entramado de
posturas intelectuales que perviven en la sociedad cubana hoy día
existe aquella que evita identificar nuestro proyecto emancipador con
la actitud política de Fidel Castro y el estado salido de sus
funciones de estadista. Poner en espacios diferentes a la revolución
y a Fidel Castro, algo que pudo haber sido muy natural en 1959, es en
el presente muy difícil aunque la posteridad deba devolver a su
sitio ambos fenómenos que sin dudas no son lo mismo. Para Fidel
Castro tal empeño fue siempre una conducta indeseable. Implícita va
en ella algún rechazo a su actividad política y una independencia
de criterio que el castrismo, al desdibujar todo contorno, destruye.
Esta posición busca seguir sintiendo la Revolución como propia y
hoy día, ya más producto de una refinada tradición cultural que de
una experiencia común, encontrará claridad suficiente para
continuar el discurso emancipador cuando la caricaturización a que
le ha sometido Fidel Castro tiende a desencantar y desorientar a la
mayoría de los cubanos. Uno de esos Prometeos parece ser Oscar
Zanetti Lecuona. De entre otros bolsones, de este sale parte de la
acritud con que Zanetti considera a Fraginals. No debería ser a los
Estados Unidos a donde vaya un luchador nacionalista cubano, por más
que pueda haber despreciado el despropósito castrista.
Pero desahuciar del
discurso de la nación alguno de sus componentes más contemporáneos
obliga a realizar una arqueología del mismo discurso para encontrar
los elementos desde los cuales reconstruir las lagunas provocadas. El
peligro de sostener tal nacionalismo consiste en dejarle expuesto a
una apreciación inexacta y extemporánea con lo que se granjeará,
cuando menos, la indiferencia.
El gobierno de Fidel
Castro complicó, con no poca gravedad, el fundamento de nuestra
soberanía. Ha sido difícil para el ciudadano cubano asimilar, no
sólo que de las filas del independentismo
y la autodeterminación podían salir obstáculos a nuestra libertad
a la altura de los impuestos por España y Estados Unidos, sino que
tal obstáculo podía partir desde los mismos dirigentes del
movimiento emancipador. Al censurar a Manuel Moreno Fraginals, Oscar
Zanetti atribuye a Miami un rol que hace mucho no tiene, al menos que
no tiene de manera primordial. Si bien las relaciones entre Cuba y
Estados Unidos han sido siempre problemáticas (nada hace pensar que
no lo vayan a seguir siendo), hace muchas décadas que, más que la
reserva de la “herencia ideológica de la sacarocracia cubana”,
los Estados Unidos son el receptor ideal del excedente humano que el
castrismo fermenta. Y desde ese punto de vista, los cubanos no pueden
sino agradecer que tales posibilidades se les
abran en una tierra extranjera, desde el momento en
que, por medio siglo ya, el castrismo se ha dedicado con una
constancia pasmosa a destruir cualquier estrategia de crecimiento
personal o colectivo que se implementa al interior de la patria.
Asociar un espacio a una fuente natural de peligro o generalizar
experiencias históricas específicas tratando de aplicarlas al
conjunto de nuestra práctica como nación, no sólo invisibiliza las
acechanzas que puedan surgir; sino que permite la construcción de
una retórica dispuesta a vaciarse de contenido y útil sólo para
aquellos que resultan directamente beneficiados de su mantenimiento.
La Revolución de
1959 y el secuestro que de ella hicieron Fidel Castro y sus favoritos
deberían confirmar que Cuba rehace de continuo la significación de
sus espacios físicos y espirituales, aparentando una indefinición
parecida a la que describe Moreno a propósito del año 1898 y sus
consecuencias para nuestra nación: “Para Cuba aún no se ha
hallado la definición exacta: como en los versos de Lezama Lima,
Cuba parece escaparse cuando uno cree haber hallado la definición
mejor”2.
______________________________________________
Boris González Arenas
1
Zanetti Lecuona, Oscar: “Moreno, entre la historia y la leyenda”
La Gaceta de Cuba, No 4 Julio- Agosto 2001
2
Fraginals Moreno, Manuel: “Cuba/España, España/Cuba” Edit.
Crítica, Grijalbo Mondadori, Barcelona 1995 p. 293
Ver entrada Los ingenios de Manuel Moreno Fraginals II
Ver entrada Los ingenios de Manuel Moreno Fraginals III
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Excelente...
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