Contribuciones
para un diccionario del tardo castrismo
No era difícil suponer que el castrismo, por el modo
como llegó a ser el reflejo de la práctica política que se acomodaba a la
personalidad de Fidel A. Castro, debía entrar en una profunda crisis con su
salida del poder. Aunque esta salida no se produjo por su fallecimiento y al
frente de la nación fue puesto su hermano Raúl Castro, lo que ha permitido al
modelo una larga agonía, el desmejoramiento del diseño no tardó en aparecer. El
tardo castrismo es este largo ocaso. Como etapa del fenómeno general, al tardo
castrismo no le faltan novedades que se reflejan en las definiciones de uso
corriente. En este artículo me permito sugerir algunas de esas novedades y me
baso, fundamentalmente, en la retórica de los medios de prensa oficiales; tanto
en la que suscitó el brillante discurso del presidente norteamericano Barack H.
Obama, en marzo pasado como, sobre todo, en la que reflejó las sesiones del
Séptimo Congreso del Partido Comunista terminado días atrás.
Lineamiento:
El L. es una novedad del tardo castrismo respecto de la etapa precedente. Es un
raciocinio elaborado con la intención de orientar políticas de estado sin tener
rango constitucional o legal. Desde este punto de vista los L. ahondan el
tradicional desprecio del castrismo por sus propias normas jurídicas y
políticas.
“Se discutieron con todo el pueblo y están dentro de lo
legítimo, porque es para salir de la crisis, para potenciar desarrollo, aunque
alguna medida no se corresponda con el marco constitucional.” Alina Martínez, Aniversario 40 de nuestra Constitución: La
horma necesaria para nuestro socialismo, entrevista a Marta Prieto Valdés,
(Trabajadores, 21 de febrero de 2016, edición digital).
Sin embargo el L. tiene
una significativa incidencia institucional, durante el Séptimo Congreso se
conoció que un 22% de ellos se había implementado totalmente, mientras la
mayoría de ellos tenía algún nivel de implementación, lo que había implicado
“la emisión de 344 nuevas normas jurídicas de diferentes rangos, la
modificación de 55 y derogación de 684” Resolución sobre Resultados de la Implementación de los Lineamientos de
la Política Económica y Social del Partido y la Revolución aprobados en el 6to
Congreso y su Actualización para el Período 2016-2021 (Juventud Rebelde 19
de abril de 2016, p. 4).
Pero la ilegalidad no es el rasgo menos atractivo de
los L. Sino que, elaborados con la intención manifiesta de mejorar el desempeño
económico cubano, cinco años después de emitidos y con un alto nivel de
implementación, los resultados son pobres:
“Murillo, quien presidió la comisión, indicó que durante
la etapa no se produjeron grandes cambios en la estructura del producto interno
bruto (PIB), manteniéndose sectores como el agrícola con un pobre aporte…” Martha
Andrés y Jorge Legañoa, La marcha de la
actualización (Trabajadores 18 de abril de 2016 p. 8).
No obstante nada merece más atención en un congreso
que la marcha de los L. En el Séptimo Congreso su discusión correspondió a la
Comisión No. 3 y, según el periódico Trabajadores,
tuvo “312 delegados y 112 invitados” y fue “el más concurrido del evento” Martha
Andrés y Jorge Legañoa, La marcha de la
actualización (18 de abril de 2016, p. 8).
Resistencia:
La mayor novedad que el tardo castrismo le proporciona al concepto de R. es el vaciamiento
de la débil retórica que la motiva. El acercamiento diplomático a los Estados
Unidos es la causa fundamental de este fenómeno, manifiesto antes, pero que
perdió con el evento cualquier fundamento residual.
Como sistema de masas, la R. remite en el castrismo a
una abstracción colectiva, una especie de R. de todos a algo, que la mayoría de
las veces es “el imperialismo” o “el imperio”. La noción polariza los
conflictos sociales y vuelve inconciliables los antagonismos cotidianos,
aspectos esenciales del control totalitario.
Relacionada con el sacrificio, la R. vincula el
carácter heroico que el castrismo se atribuye con la miseria a la que condena
al ciudadano: “Llegamos a ese momento gracias a la heroica resistencia y
sacrificios del pueblo cubano…” Informe
Central al 7mo Congreso del Partido Comunista de Cuba –leído por Raúl M.
Castro (Juventud Rebelde, 17 de abril de 2016, p. 9).
Generación
histórica: La noción de G.H. busca mitigar lo grotesco de que unos ancianos
de noventa, y ochenta y cinco años, que han detentado el poder por casi
sesenta, hablen de renovación y rejuvenecimiento.
“…, habrá quien tenga 75 u 80 años y pueda desempeñar
una tarea importante, pero no una actividad de dirigente importante, por
razones obvias,…” Informe Central al
séptimo congreso del partido –leído por Raúl Castro (Juventud Rebelde, 17 de abril de 2016, p. 4).
La medida que comenzó a implementarse desde el
Séptimo Congreso del Partido, de impedir el acceso al Comité Central a los que
sean mayores de sesenta años, y la despedida de la G.H., confunden a una
generación con otra y apartan del poder de manera simultánea a quienes lo han
detentado por casi seis décadas y a la generación siguiente, que parecía
llamada de manera natural a sucederla.
De esta manera, la noción de G.H. se confirma durante
el Séptimo Congreso del Partido no solo con fines publicitarios, sino también de
enrevesado cálculo político.
El presidente estadounidense nunca invitó al olvido
Propiedad
privada: Uno de los cambios más notables del tardo castrismo es la
apreciación de la P.P. “El reconocimiento de la existencia de la propiedad
privada ha generado inquietudes honestas de no pocos de los participantes en
las discusiones previas al Congreso… (…) Se trata… de llamar a las cosas por su
nombre y no refugiarnos en ilógicos eufemismos para esconder la realidad” Informe central al 7mo Congreso del PCC
–leído por Raúl M. Castro (Juventud
Rebelde, 17 de abril de 2016, p. 7).
Para validar la P.P. el tardo castrismo no solo no
reparó en alabar el capitalismo que le era contemporáneo, sino la formidable
Constitución de 1940, trascendiendo de este modo dos argumentos esenciales de
su discurso ideológico, la injusticia del sistema capitalista y la pobreza
institucional anterior a 1959.
Homero Acosta, secretario del Consejo de Estado
afirmó durante el séptimo congreso del partido que: “La P.P. sobre los medios
de producción hay que definirla conforme a su función social (…)…en el
capitalismo en su etapa inicial el dueño de una propiedad podía hacer lo que
quisiera con ella. Pero el desarrollo del capitalismo, y varios elementos
históricos, hicieron que gradualmente cambiara la legislación respecto a esa
P.P. Esa es la génesis del concepto de función social. En Cuba la Constitución
de 1940 incluye la función social de la P.P.” Enriquecen proyecto de modelo del socialismo cubano, Alina Perera
Robbio (Juventud Rebelde, 17 de abril de 2016, p. 11)
La aceptación de la P.P. no se produce, sin embargo,
con un levantamiento general de todos los prejuicios que motivaron su
prohibición, sino que elementos asociados a su éxito, como la acumulación de
capital y propiedades, pasan a ser proscritos: “El Lineamiento No. 3 aprobado
por el 6to Congreso y que se propone mantener y reforzar en el proyecto
actualizado, precisa rotundamente que “en las formas de gestión no estatales no
se permitirá la concentración de la propiedad”, y se adiciona que “tampoco de
la riqueza” Informe central al 7mo
Congreso del PCC –leído por Raúl M. Castro (Juventud Rebelde, 17 de abril de 2016, p. 7).
Olvido: El
acercamiento al O. en el tardo castrismo supone varias dificultades que se
derivan de la voluntad de conservar inalterable el control político a la vez
que se deshacen los fundamentos económicos del sistema, todo ellos pretendiendo
que no se producen cambios relevantes.
“La introducción de las reglas de la oferta y
la demanda no está reñida con el principio de la planificación. Ambos conceptos
pueden convivir y complementarse en beneficio del país, como se ha demostrado
exitosamente en los procesos de reforma en China y de renovación en Vietnam,
como ellos lo califican. Nosotros le hemos llamado actualización porque no
vamos a cambiar el objetivo fundamental de la Revolución” Informe Central al 7mo Congreso del Partido Comunista de Cuba (Juventud Rebelde, 17 de abril de 2016,
p. 6).
En tanto la intención socialista de superar
los procedimientos económicos identificados con el capitalismo, supuestamente
por su carácter injusto y excluyente, es abandonada en favor de las reglas de
la economía de mercado; son conservados el partido único y la preponderancia
del estado, cuya existencia se explicaba únicamente como garantes del orden
económico socialista.
“En Cuba tenemos un partido único, y a mucha
honra, que representa y garantiza la unidad de la nación cubana, arma estratégica
principal con que hemos contado para edificar la obra de la Revolución y
defenderla de todo tipo de amenazas y agresiones.” Informe Central al 7mo Congreso del Partido Comunista de Cuba –leído
por Raúl M. Castro (Juventud Rebelde,
17 de abril de 2016, p. 7)
Esta transformación doctrinal, realizada con
precipitación y sin preámbulos, supone un significativo ejercicio de O., y no
meramente teórico. Para terminar con la propiedad privada que ahora se
restablece, se eliminaron en la década del sesenta un número considerable de
propietarios grandes, medianos y, finalmente -por medio de la llamada Ofensiva
revolucionaria de 1968-, pequeños. Para reprimir la resistencia de los cuales
se les convirtió en enemigos de la clase obrera y se procedió contra ellos con
absoluta brutalidad. El restablecimiento de la economía de mercado por los responsables
de semejante agresión convierte al O. implicado en esta acción en un crimen.
A la vez que por esta vía el tardo castrismo hace
del O. un elemento de su ideología oficial, no cesa de llamar a combatirlo cuando
lo denuncia como un ardid enemigo.
El discurso del presidente estadounidense
Barack H. Obama en el Gran Teatro de la Habana fue un momento importante para
la reanimación de la crítica estatal del O. El shock sufrido por la élite política
castrista con la argumentación fácil del presidente estadounidense, y el
entusiasmo masivo con su visita, desató una batería de críticas desde los
medios oficiales a su discurso.
“¿Y ahora qué quiere Obama?:
que nos olvidemos de cómo sucesivos Gobiernos nos impidieron, con feroz
bloqueo, comprar alimentos, medicinas y otros bienes para desarrollarnos y
alcanzar lo que hoy él clama para este «pobre y sufrido pueblo»” Gracias, Obama…, Alina Perera Robio
(Juventud Rebelde, 23 de marzo de 2016, -edición digital-).
El periodista Yoerky
Cuellar, que resultó en el Séptimo Congreso electo miembro del Comité Central
del Partido, afirmó en un artículo aparecido también el 23 de marzo: “Es por
ello que no podemos aceptar impávidos su recomendación a olvidar la historia
como condición para avanzar en las relaciones.” La rosa blanca y el abono necesario, (Juventud Rebelde -edición digital).
Lo sorprendente es que el presidente
estadounidense nunca invito al O., la distorsión referida permitía el ataque de
un discurso brillante sin citar sus aspectos más enojosos para la elite tardo castrista.
Las contradicciones que convocan al O. con
fines antagónicos no dejan de sorprender a los mismos voceros oficiales. Menos
de un mes antes de que la propiedad privada fuera exaltada por la elite oficial
por su valor social, uno de los entenados ideológicos del castrismo había
afirmado, en el artículo que escribió contra el discurso del presidente Barack
H. Obama que: “Estimular la iniciativa privada
en Cuba, cuando como profesor de Harvard sabe que la mayor verdad contenida en
el Manifiesto comunista es que ella está abolida en la
práctica para nueve décimas partes de la humanidad, no es precisamente un acto
de honestidad” ¿Obama en el gran teatro o
el gran teatro de Obama en la Habana? Iroel Sánchez (Juventud Rebelde, 23
de marzo de 2016, edición digital).
No es de esperar, por supuesto, que la pasión
veleidosa de tales voceros señale en esta ocasión la falta de honestidad de Raúl
M. Castro ni de Homero Acosta. Sin dudas seguirán loando al tardo castrismo y
las consideraciones desactualizadas pasarán, como tantas otras, al O.
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