Diálogo o monólogo es un escrito del historiador cubano Newton Briones Montoto y fue publicado en la revista Espacio laical (No 3/2014). Lo recomiendo especialmente, porque en mi opinión Ramón Grau San Martín fue, junto con Tomás Estrada Palma, la figura más honorable al frente del estado cubano hasta el presente. Sé que desconozco a Mario García Menocal y Manuel Urrutia, pero llamarlos a ellos los más honorables no significa que otros presidentes no lo hayan sido.
Alfredo Zayas, Gerardo Machado, Fulgencio Batista y Fidel Castro sin dudas no lo fueron. Tampoco lo es Raúl Castro, cualesquiera que hayan sido las causas que originaron sus vicios.
Pero repito, es mi opinión. Mi acercamiento a Ramón Grau San Martín es discreto, pues en Cuba hay muy poco bibliografia sobre este hombre extraordinario.
En este artículo Newton Briones Montoto habla con conocimiento, pero además con una lucidez y valentía que no es este el lugar para detallarlos, ya me he extendido demasiado y el mérito de este escrito es del magnífico historiador cubano.
El artículo publicado en la revista Espacio Laical Justicia al
profeta, sobre Ramón Grau San Martín, generó comentarios y preguntas. Unos
para ensalzar el artículo y otros para criticar aspectos acerca de la actuación
del presidente. En general, muchos lectores se asombraron por el
desconocimiento que tenían sobre este hombre. No sabían que había estado preso
por oponerse al gobierno de Gerardo Machado y menos que había adquirido
tuberculosis en la prisión de Isla de Pinos. Tampoco conocían de su actividad
como profesor universitario, de su brillante carrera como médico y sus títulos
científicos relevantes. Sin embargo, con los pocos elementos en su haber tenían
formado un juicio sobre su trayectoria política más cercano a lo malo que a lo
bueno debido a teorías construidas con intenciones políticas que intentan
explicarlo todo, casi siempre, después de ocurridos los hechos. Pero los pocos
elementos aportados en el artículo los hizo dudar sobre sus criterios
anteriores. Los lectores diferían de la actuación de Grau y de algunas
decisiones tomadas durante las dos ocasiones en que se desempeñó como
presidente de la República. Uno de los aspectos polémicos, sobre el que muchos
lectores insistían, era haberle perdonado la vida a Batista. Otro era no haber
actuado enérgicamente contra el bonche en su segundo mandato. Hay algunos
comentarios sueltos que no resultan importantes para fijar la atención en
ellos.
Repasemos el primer asunto, haberle perdonado la vida a Batista.
El 3 de noviembre de 1933 se llevó a cabo una reunión en casa del periodista y
ex pentarca Sergio Carbó. Los antecedentes de ese hecho tuvieron antes un
itinerario. El 2 de noviembre de 1933 Sergio Carbó y Batista habían hablado con
Carlos Prío en la casa del primero, dada la condición de este de presidente de
la Agrupación Revolucionaria de Cuba. Cuando ambos le plantearon que Grau
debía renunciar, Prío les contestó:
-Es indispensable convocar a una reunión en la que él esté
presente.
El autoritarismo es una forma de gobernar que se apoya exclusivamente en la fuerza de la autoridad
Al conocer esto por el propio Prío, el Presidente, muy
encolerizado, manifestó su decisión de dimitir, pero los miembros del
Directorio Estudiantil Universitario le pidieron que asistiera al día siguiente
a una reunión con los integrantes de la Agrupación Revolucionaria de Cuba,
Carbó y el coronel Batista. Grau pensaba que era una falta de respeto de
Batista solicitar su renuncia como Presidente.
-El antiguo sargento está tan envalentonado -se dijo- que se ha
atrevido a hablar con Prío. Pues tendrá que vérselas conmigo.