domingo, 2 de diciembre de 2012

Por Estado de SATS II. La libertad de Antonio Rodiles

James Ensor: Cristo entrando en Bruselas

Finalmente hemos celebrado la libertad de Antonio Rodiles, fue el lunes 26 de noviembre de 2012, diecinueve días después de su arresto brutal frente a la Sección Veintiuno de la Depauperada Salubridad del Estado, conocida también como DSE. Pedazo, trozo, cacho, toda sección remite a falta de integridad, coraje, plenitud. Puede referir también algo en construcción, aspiración de incrementar su dignidad, llegar a ser. Nada de eso existe en este caso, los llamados Órganos de la Seguridad del Estado de Cuba cocinan las acciones a la sombra: donde un ciudadano habla, ellos cuchichean, donde una mujer íntegra se erige en tribuno frontal, ellos buscan el costado, la mentira.
Antonio Rodiles fue golpeado, más aún, insultado, vejado; una de sus manos fue machacada por una mujer con el tacón de su zapato aprovechando que Antonio las tenía apoyadas sobre el carro policial al que se negaba a entrar. Antonio vio a la mujer y cuenta que ella reía. Esa risa la hemos visto ya, en los videos de acoso y golpeaduras a las Damas de Blanco, en una situación similar contra Reinaldo Escobar, en las imágenes de las marchas frente a la Embajada del Perú, en los conductores del barco responsable del hundimiento del transbordador Trece de Marzo que en agosto de 1994 llenó de muerte el horizonte habanero, en los testimonios de las víctimas de tantas décadas de incitación a la barbarie desde la tribuna esclerosada. Es una risa infrahumana; quienes la profieren, hombres o mujeres, parecen haber curtido el rostro durante décadas para llegar a esa mueca sórdida. Pero estuvo también antes, mucho antes, quizás ha estado siempre. El pintor James Ensor la reprodujo en 1888: es el público que recibe a Jesús en su cuadro Cristo entrando en Bruselas.
Han sido días duros para todos, días de incertidumbre. Su arresto ocurrió horas después de la victoria electoral de Barack Obama. Antonio estaba enfrascado en la recogida de bienes de consumo para enviar al oriente del país, donde los destrozos del huracán Sandy parecen insalvables mientras el dengue y el cólera siguen haciendo estragos. Es también Antonio el Coordinador Nacional de la campaña Por otra Cuba, que ha sido articulada a nivel nacional con algunas de las figuras más interesantes de la sociedad civil, consiguiendo que los ciudadanos cubanos se familiaricen con el Pacto de los Derechos Políticos y Civiles y el Pacto de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, que fueron firmados por el gobierno cubano en febrero del año 2008, pero que requieren ser ratificados para que nuestro sombrío sistema legal tenga que reformarse a su tenor. Se suma a todo ello Estado de Sats, su proyecto originario, las entrevistas, la organización de encuentros, los programas de cine, las publicaciones periódicas.
Sus días de prisión, sin embargo, nos acercaron más a Antonio Rodiles, sus amigos hemos podido estar más cerca de su papá y su mamá de lo que habíamos estado antes. Hemos comprendido el origen de su osadía. Su mamá no paraba de trabajar y atendernos, sugerir ideas, participar de nuestras actividades, salir en nuestras fotos, rubricar nuestros documentos. Es un placer su presencia en esas imágenes y que su firma participe con la nuestra. Un gran placer.
También compartimos con su papá. Todos hemos admirado esa disposición del padre de Antonio a servirle de compañía en sus andanzas. Quedándose siempre dentro del carro destartalado mientras Antonio sube a nuestras casas. ¡Qué humildad en alguien con su historia! Me emociona pensar que algún día puedan mis hijos estar en peligro y sea yo el que no me despegue de ellos con tal de exponer mi cuerpo anciano a las embestidas de las bestias. Los padres son una fuerza sobrenatural y en el caso de Antonio Rodiles esa potencia está por entero a su servicio.
Otra persona se destacó en especial en estos días de zozobra en que tan al tanto estuvimos todos: Claudio Fuentes Madan. Claudio fue apresado al día siguiente de la detención de Antonio mientras demandaba su libertad frente a la estación de policía que está en la Avenida Acosta, en el municipio Diez de Octubre. Estaban con él Ángel Santiesteban y Yoani Sánchez, entre otros. No fue hasta dos días después, el domingo 11 de noviembre, que Claudio salió libre. Desde ese momento acompañó a los padres de Antonio hasta conseguir que ellos sumaran, a la zozobra por ver llegar al hijo de la prisión, la inquietud por ver llegar a Claudio cada noche.
Hay ocasiones en que ni siquiera son necesarias pocas palabras para entender. Nada dijeron de la detención de Antonio los periodistas de los medios de difusión oficiales, esos difusores del miedo; tampoco habló el Minint ni el Comisionado Nacional de Béisbol, ni el general que levantó la mano en 1989 aprobando la muerte de su compañero de tantos años, para regresar a su casa y conservar el juego de muebles, la esposa joven y la poca vida que queda después de la traición.
En todo sistema social crecemos parejos los que amamos la libertad y los que la desprecian y se avergüenzan frente a ella, retorcimientos estos últimos para los que el castrismo es levadura generosa. Frente a Antonio Rodiles, y los bravos que le acompañaban el pasado día 7 de noviembre de 2012, estos esbirros pudieron percibirse por un instante de lucidez en toda la degradación que les conforma; ni el uniforme verde olivo, ni las estrellas del hombro, ni la miserable cohorte de oportunistas viciados, impiden en el enfermo de mal el impacto de tal instante. Doloroso debió haber sido, tan doloroso que al encimarse a Antonio no pudieron evitar, ni el frenesí canallesco, ni la risa histérica de las hienas.

Boris González Arenas
1 de diciembre 2012

sábado, 10 de noviembre de 2012

Declaración No 2, 11 de noviembre de 2012

en la foto, de Claudio Fuentes, aparecen los firmantes junto a Gladys, madre de Antonio Rodiles

El pasado miércoles 7 de noviembre un grupo de ciudadanos fue arrestado frente a la denominada Sección 21 de la Seguridad del Estado, en la Avenida 31 y calle 110, municipio Marianao. El grupo, de aproximadamente diez personas, estaba allí para averiguar sobre la situación legal y el paradero de la abogada Yaremis Flores, arrestada sin el debido procedimiento horas antes.

Esta fue la primera de una serie de detenciones ilícitas que se extendió hasta el día siguiente, cuando varios amigos solidarios fueron a la unidad de Acosta, entre 2da y 3ra, municipio Diez de Octubre, para interesarse por las causas de lo ocurrido. Otros grupos de solidaridad salieron a las calles en el interior del país, siendo igualmente víctimas de arrestos y represión. Esas detenciones fueron acompañadas, en la mayoría de los casos, de la inhabilitación de los teléfonos con la complicidad de las empresas ETECSA y CUBACEL. Entre los arrestados hubo numerosos activistas relacionados con la Demanda Ciudadana por Otra Cuba, que han venido desarrollando en los últimos meses una campaña cuya finalidad es conseguir que el gobierno cubano ratifique los Pactos Internacionales de Derechos Humanos que Cuba firmó en el año 2008.

Hoy, a 72 horas del arresto violento de Antonio Rodiles, principal coordinador del proyecto Estado de SATS, y a 48 horas de la detención igualmente violenta del escritor Ángel Santiesteban, ambos siguen tras las rejas, en huelga de hambre, sin ver el sol, sin su derecho a realizar la debida llamada telefónica, y sin comunicación con sus familiares más allegados. Suponemos que la razón principal de la dilación de este encierro sea ocultar las posibles huellas de la fuerte golpiza a la que fueron sometidos en el momento de su reclusión. Hasta ahora se desconoce con precisión la situación del estado físico en que se encuentran y la futura evolución de ambos intelectuales.

El acoso policial, los arrestos arbitrarios por motivos políticos, los malos tratos, y la imputación de delitos no cometidos, son procedimientos que están completamente al margen de la ley y que estaban siendo denunciados, recientemente, por las abogadas Yaremis Flores y Laritza Diversent (de la agencia CubaLex), a la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos y al Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias, en una minuciosa labor de registro de personas que están en situaciones de riesgo. La gobernabilidad en Cuba ha devenido pura praxis represiva, más allá de cualquier supuesto signo ideológico.

Responsabilizamos a la Seguridad del Estado cubana por las consecuencias que sus acciones traigan para la vida y la salud de Antonio Rodiles, Ángel Santiesteban, y cualquier otro detenido de cuyo arresto no sepamos aún. La policía nacional debe abstenerse de cumplir las orientaciones arbitrarias y las órdenes ilegales y de presión sicológica emitidas por la Seguridad del Estado. Debe velar por el estricto cumplimiento de las leyes, por los derechos de los ciudadanos y su seguridad, por la del Estado y no por la de un gobierno de legitimidad caducada, por la de la nación cubana y no por la de la llamada Revolución.

Exigimos la liberación inmediata, sin cargos, de Antonio Rodiles y de Ángel Santiesteban. Exigimos la depuración de responsabilidades entre los paramilitares y oficiales implicados en estos hechos al margen de las leyes vigentes en nuestro país.
Esta es la reclamación legítima de una sociedad civil que no será detenida por ninguna coacción ni arrastrada a la violencia por parte del poder y que tampoco renunciará ni a uno solo de los espacios que hemos ido ganando.
Agradecemos a la comunidad internacional por la sensibilidad que demuestra con nuestra lucha. Instamos a todos los cubanos, donde quiera que estén, a que sigan solidarizándose con los anhelos de justicia y libertad de nuestra sociedad en esta coyuntura histórica definitiva.


La Habana, 11 de noviembre de 2012

Boris González Arenas
Orlando Luis Pardo Lazo
Lia Villares
Luis Trápaga
Alfredo Fernández Rodríguez
Ailer González Mena
Camilo Ernesto Olivera
David Canela
Walfrido López R.
Claudio Enrique Fuentes Madan
Luis Eligio de Omni
Kizzy de Omni
Gladys Fernández Vera

jueves, 8 de noviembre de 2012

Declaración No 1 del jueves 8 de noviembre de 2012, sobre los arrestos arbitrarios ocurridos en las últimas horas

twitpic de Yoani Sánchez el 8 de noviembre. Estación de Acosta. La Víbora.

Desde ayer miércoles 7 de noviembre de 2012 se han realizado numerosos arrestos arbitrarios que se han extendido hasta ahora. El número de los detenidos en el momento es imposible de contabilizar pues, como en ocasiones anteriores, los teléfonos móviles y fijos de los implicados han sido intervenidos y su funcionalidad anulada. Entre los arrestados están Antonio Rodiles y Yoani Sánchez.
El detonante de la actual situación fue el arresto hecho en su casa de la abogada independiente Yaremis Flores, de la asociación jurídica CubaLex. A raíz del cual fue un grupo de personas a reclamar su liberación inmediata frente al cuartel de la Seguridad del Estado conocido por Sección 21, en la avenida 31 y 110, Playa. Su esposo Veizant Boloy, también jurista, fue el primero en ser arrestado cuando se interesaba por el paradero de Yaremis. Todos los amigos que exigieron alguna explicación fueron apresados, de forma violenta.
Hoy ocurrió lo mismo frente a la estación de Aguilera donde se encuentran hace más de 24 horas Antonio Rodiles y Laritza Diversent, abogada de CubaLex. Las personas que allí esperaban pacíficamente que alguien les respondiera con palabras sólo recibieron una dura golpiza y que los metieran tras las rejas.
Algunos detenidos entre ayer y hoy son: Andrés Pérez, Mario Morago, Vladimir Torres, Rolando Rabanal, Luis M. Fumero, Ailer González (liberada hoy alrededor de la 1 pm), Antonio Rodiles, Eugenio Leal, Agustín y Angel Santiesteban, quien fuera duramente apaleado. Claudio Fuentes sigue desaparecido. 
A los detenidos en la capital se suman José Daniel Ferrer, de la UNPACU, en Santiago de Cuba y Enyor Díaz Allen de HablemosPress, en Guantánamo.
El artículo 58 de la Constitución -vigente- de la República de Cuba dice:
La libertad e inviolabilidad de su persona están garantizadas a todos los que residen en el territorio nacional.
Nadie puede ser detenido sino en los casos, en la forma y con las garantías que prescriben las leyes…
La razón de estas detenciones no ha sido comunicada, ni a los familiares de los arrestados ni, por supuesto, en los medios de prensa nacionales.
Pero los motivos pueden ser numerosos. Un día después de obtener Barack Obama la reelección como presidente de los Estados Unidos, los agentes de la dictadura cubana pueden sentirse tentados a ratificar a la población cubana el absoluto menosprecio que sienten por nuestros derechos universales e inalienables. A la comunidad internacional se le notifica, de este modo, la absoluta impunidad con que seguimos siendo tratados los que, desde este infinito archipiélago, estamos decididos a plantar, en nuestra fértil tierra, el gran árbol de la libertad.
No se nos escapa la crítica situación que se presenta en el Oriente del país, donde el paso del huracán Sandy ha agravado la situación alimentaria y sanitaria, habiéndose reportado en diversas regiones la aparición de casos de cólera, que el gobierno cubano encubre y que se sumarían a la extensa epidemia de dengue que hemos padecido por varios meses, cuyas estadísticas son también un "estricto secreto de estado".
La muerte de Fidel o Raúl Castro, sería otra razón de peso para extirpar a la sociedad civil cubana sus más locuaces representantes. Un gobierno cobarde entraría en pánico si además quedara acéfalo.
El grupo arrestado ha venido participando desde hace meses en la campaña cívica Por otra Cuba, donde se insta al gobierno de Raúl Castro a ratificar el Pacto de los Derechos Políticos y Civiles y el Pacto de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, firmados por el gobierno cubano el 28 de febrero del 2008 en la ciudad de Nueva York, único paso verdaderamente esperanzador, por las obligaciones que tal ratificación impica para este triste gobierno. Las consecuencias de esa ratificación sería la sustitución definitiva del aparato de gobierno de Fidel Castro.
Demandamos, de modo inmediato, la liberación sin cargos de los diversos arrestados.
El cese definitivo de los arrestos arbitrarios y que entorpecen el desarrollo de las actividades cívicas que organiza la sociedad civil.
Pedimos al pueblo cubano que evalúe la complicidad que se deriva de la acción intimidada, que no acepte el engaño que supone la extensión de un régimen de permisos, cuando tan cerca estamos de un régimen de libertades y a la comunidad internacional, que mantenga el apoyo que dispensa a nuestra sociedad civil, pues Cuba sigue mereciendo, como el resto de las naciones, la libertad plena y el autogobierno soberano.

Boris González Arenas

miércoles, 3 de octubre de 2012

Padre, aparta de mi este cáliz



Un día cualquiera alguien puede aparecer y cambiar su curso. Son tantas las maneras como ese cambio puede llegar que con el tiempo debemos aprender a identificar el instante, si queremos conocernos mejor. Algo viene a hacernos sentir bien, conspirar contra la apariencia de actualidad con que el ahora esconde la profundidad del tiempo.
Una mujer escucha la canción En construcción, de Chico Buarque, los que no conocen el tema se admiran de su letra, pero otros la hemos escuchado muchas veces. En ella, el protagonista va sufriendo una serie de mutaciones en una vida de cuya rutina no puede escapar, se convierte en un animal donde las muestras de afecto pierden todo sentido, para terminar estallado; primero de un modo sorprendente interrumpiendo el tráfico, al final, ya carente de toda materia humana, hecho un paquete flácido. Chico Buarque escribió esto en medio de la dictadura que desgobernó Brasil. Prohibida la libertad, lo que tenemos de humano se difumina. Nuestras acciones son invadidas por la rutina y aún los momentos más bellos parecen dibujar una mueca de asco. Nada vive bajo el peso de los tiranos, nada vive en Cuba. Lo único que estos momentos tienen de humanos es el grito. La plegaria, dirigir los ojos a algo que no sea un semejante del que se teme pueda delatarnos. Dios o los dioses se convierten en confidentes y el arte se llena de alusiones divinas. Así parió Chico Buarque otro de sus temas inmortales: Calise. La canción comienza pidiendo: “padre, aparta de mi este cáliz”. La semejanza de pronunciación que en portugués tienen la palabra cáliz y la palabra cállese, permite un juego de palabras donde la vociferación del militar viene a silenciar la petición del desgraciado a lo largo del tema. Después de estas dos canciones todo compositor podría ir a dormir, su vivacidad queda en el aire y el tiempo y el espacio son incapaces de aprehenderlo.
Próximamente serán las elecciones en Venezuela y un Chávez agonizante, física y espiritualmente, no para de amenazar con la guerra civil, de insultar a su contrario, de responder con miedo al agotamiento. Su derrota sería para Cuba el fin, una vez más, de un régimen de beneficios desmedidos por servicios deficientes. El ahondamiento consecuente de la crisis económica cubana obligaría a Raúl Castro a acelerar un sistema de reformas empantanado, a implementar una ley migratoria que favorecería la ya lamentable enajenación, para Cuba, de muchos de sus mejores y más preparados jóvenes, y a acrecentar la violencia contra la sociedad civil cubana que anhela conseguir la suplantación de sus expirados gobernantes.
Los temas de Chico Buarque tienen hoy, por tanto, la fuerza que tuvieron siempre para las sociedades donde la libertad permanece anegada en los drenajes de ciudades ruinosas y campos secos. Para Cuba, donde todos los que somos padres o madres queremos disfrutar la libertad sin tener que huir con nuestros hijos de los fragmentos de metralla, sin un avión bombardeando las tiendas de víveres como pasa en las zonas rebeldes de la ciudad siria de Alepo, sin una mano infantil, rígida, saliendo de entre las piedras; para Cuba Chico Buarque conmueve como el primer día.           

De muito gorda a porca já não anda,
de muito usada a faca já não corta;
como é difícil, pai, abrir a porta,
[1]
               
 Chico Buarque: Calise

Boris G. Arenas


[1] De tan gorda la puerca ya no anda/ de tan usada la daga ya no corta/ qué difícil es, padre, abrir la puerta (Chico Buarque Calise)
Esta y otras informaciónes fueron tomadas de: http://sanchezsottosanto.over-blog.es/

lunes, 10 de septiembre de 2012

Por Estado de Sats

El pasado sábado primero de septiembre, un grupo de personas nos reunimos en 110 y 31, frente a una antigua estación de policía (de las que no fueron convertidas en escuelas) y una casa (de las que fueron convertidas en cuarteles) que cobija una unidad  del Departamento de la Insalubridad del Estado, más conocida como DSE. La razón de nuestra presencia allí era manifestar el rechazo al entorpecimiento que ha tenido en los últimos meses, para su desempeño, Estado de Sats.
Organizado por Antonio Rodiles, Estado de Sats reúne y da voz a la sociedad civil cubana en un espacio independiente de condicionantes políticas: pero no es fácil. Desde hace algún tiempo, numerosos asistentes son secuestrados por unas horas y en ocasiones la retención llega a los especialistas invitados.
Los secuestradores no son otros que los oficiales de la insalubridad descrita. La mañana del sábado 1 de septiembre arrestaron a Orlando Luis Pardo Lazo, quien esa noche debía presentar a los ganadores del concurso Nuevo Pensamiento Cubano. Harto, Antonio convocó a un grupo de amigos para que fuéramos con él a la Unidad de la Inseguridad del Establo, más conocida como DSE –cambian de nombre por problemas de seguridad- para exigir la inmediata liberación de Orlando Luis y el cese de los secuestros que entorpecen la realización de Estado de Sats.
Las detenciones para evitar la protesta convocada por Antonio comenzaron bien pronto. Cuando yo estaba llegando pude ver que el músico Ciro Javier Díaz estaba detenido a unos doscientos metros del lugar de reunión. Ciro estaba sentado y esposado, al menos eso me pareció pues sus manos estaban persistentemente escondidas detrás de la espalda y rodeado de hombres rollizos (ya esclareceré el por qué de esta denominación) que no parecían miembros de ninguna agrupación musical ni siquiera “Pupy y los que son, son”.
La avenida treinta y uno es una céntrica avenida habanera que en la calle ciento diez (el punto de encuentro establecido por Antonio Rodiles) está próxima a concluir –o comenzar- en la entrada del Hospital Militar. Ciro, el de La Babosa Azul y Porno para Ricardo, estaba detenido en la esquina de treinta y uno y veinticinco, justo donde la avenida veinticinco se estrella contra el campo de deportes –lo que queda de él, del preuniversitario Manolito Aguiar (no voy a explicar quién fue Manolito Aguiar, porque por la sólida formación en historia que recibimos en nuestras escuelas, todo el mundo sabe que era de Marianao y murió peleando a tiros contra Ramón Calviño Insúa, uno de los asesinos de la dictadura anterior, que murió a tiros de la actual, poco después de ser apresado en Girón en Abril de 1961).
Pues bien, entre 25 y 31 y 114 y 31, los espacios donde funcionó el sistema de detención, estábamos nosotros. Poco después de yo llegar, en un carro de diez pesos, los “rollizos” decidieron cerrar el fragmento de avenida descrito y con ello cerrar la posibilidad de que siguieran llegando convocados al llamado de Antonio Rodiles en alguno de los cientos de carros que toman por esa avenida en ambas direcciones. El movimiento en esa avenida un sábado por la noche no fue tenido en cuenta por quienes consideraron que quince personas éramos peligro suficiente como para comenzar un absoluto plan de aislamiento. Así permanecería la calle, cerrada por unas horas más y manteniéndonos en alerta, por la sospechosa reunión de personas al alcance de nuestra vista.

 
Así lució la calle desde el lugar donde estábamos reunidos
Foto: Claudio Fuentes Madan

En algún momento dobló frente a nosotros y se internó en la estación de policía, un pequeño jeep que llevaba unas cuatro mujeres vestidas en pijamas, quienes no dudamos que serían las amas de casa que, como en otras ocasiones, fungirían como el sector femenino del vecindario ofendido.
Fueron varias horas. En algún momento escuchamos salir del patio de la casa del DSE (Departamento de los Saciados por el Estado) voces, muy profesionales, que auguraban una confrontación en la que recibiríamos golpes a la altura de nuestra estatura, pues afirmaba una de las voces que le dejaran al fuertecito a él.
Cerca de la medianoche y poco después de que abrieran el tráfico de los dos carriles, unas cuatro horas después de haberlo cerrado, recibimos la noticia de que Orlando Luis Pardo Lazo estaba en libertad –no en el antiguo Cuartel Columbia convertido en escuela y ruinas- si no en la calle, liberado por sus mismos captores. Aún así decidimos que no nos moveríamos de allí hasta que los más de diez detenidos de ese día salieran en libertad. Nos dirigimos, unos doce, a la entrada de la casa (hoy cuartel) y ahora puedo explicar el por qué de mi apelación a la palabra “rollizo”: el parqueo de la unidad, bastante oscuro todo, parecía una reunión de gorditos, sería una calumnia del imperialismo decir que todos eran gordos, pero había un alto número de ellos. El lector hasta este momento puede pensar que mi insistencia en el excesivo peso de nuestra oficialidad obedece a algún prejuicio con el mundo obeso, pero en realidad es a la tristeza que me produce ver las escuelas con nuestros niños demasiado delgados y constatar los pobrísimos almuerzos escolares, o ir a cualquiera de los hospitales dispuestos para tratar de contener la recurrente epidemia de dengue de la que no se habla y donde el almuerzo pueden ser unos coditos tal como vinieron al mundo pero un poco más blandos. Ese contraste alimenticio es suficiente como para exigir a nuestras fuerzas armadas un poco más de vergüenza, probidad y decoro del que carecían, sin duda alguna, los gorditos de marras. 
Después de mucho rato tratando de contactar con el Ciro, logramos comunicar con él y nos confirmó que estaba libre. Con su libertad y la de los demás apresados confirmada, pusimos punto final a nuestra presencia en el lugar, no sin antes aplaudirnos por muchas razones, entre ellas por haber sido dignos de la humanidad que poseemos.
¿Qué fue, sin embargo, lo más esperanzador de aquella jornada?
A nuestras espaldas, en aquél lugar, había una casa. Uno de sus inquilinos se mantuvo atento a nosotros todo el tiempo. Nos dejó pasar al baño, nos brindó agua, ya bien tarde en la noche nos regaló caramelos –no voy a narrar aquí el modo como nos comimos aquellos caramelos porque sería indigno de esta gallarda crónica-, todo eso sin conocer nuestras razones y alegando –cuando se las explicó Claudio Fuentes, muy sabiamente- que no necesitaba explicación, que él era cubano y un ser humano y que eso era suficiente. Si los cubanos somos como él, si somos sinceros en nuestros deseos de hacer a nuestro país libre, próspero y de hombres y mujeres dignos; la epidemia del odio, expandida desde mucho antes que el dengue, el cólera y la miseria, tiene sus días contados y la bandera de la victoria ya tiene más de tres franjas cosidas.
Boris G. Arenas

martes, 12 de junio de 2012

El contrario no es enemigo


No podemos invocar a Dios, Padre de todos,
 si nos negamos a conducirnos fraternalmente con algunos hombres, creados a imagen de Dios.
                                                                     Nostra Aetate [1]

Es difícil muchas veces entender que el recelo de nuestro vecino por el muro que hemos levantado no responde a la envidia, ni a un sentimiento de malicia que no puede reprimir. El muro nuestro puede restarle, como nos ha dicho, luz. También puede temer que alguien se suba en el muro y desde allí salté a su patio, lo que le obliga a recoger en la noche el cubo de la limpieza o la ropa que dejaba secando hasta el día siguiente.
Cuanto más, con su disgusto, el vecino puede ser nuestro contrario. No demolerá el muro en la noche, no reclamará nuestro esfuerzo en una ayuda cualquiera para, una vez desprevenidos, asestarnos un golpe demoledor con un trozo de hierro que ya tiene preparado, no le dirá a su hijo que golpee al nuestro, ni irá corriendo a denunciarnos por alquilar nuestra vivienda a un extranjero.
Cuando algunos intelectuales o sacerdotes de la Iglesia Católica Cubana (no la "Iglesia Cubana", que son muchas) hablan de "la oposición", como un todo de una sola epidermis, cometen a sabiendas un error propio de los contrarios, no de los enemigos. Buscan legitimar su pretensión de estar en el medio de dos fuerzas y para ello es más fácil caracterizar, a ambas, de modo semejante. Desconocen que muchos fieles de su Iglesia participan desde hace muchos años, de manera brillante, en ese movimiento plural e indefinible que se opone a la dictadura que nos humilla; lo hacen por la sociedad cubana, por ellos (por el horror que produce a los dignos sentirse deshonrosos de su dignidad) y por la Iglesia Católica Cubana, de la que son miembros honorables. Porque no hay nada tan honorable como ser fieles a tan diversas responsabilidades.
Pero no es la Iglesia la que requerirá a nuestro hijo con esa dialéctica atroz de la intimidación y el premio para llevarlo a otras tierras a que entregue su vida, cuando aún no tiene barbas y el fusil excede la proporción debida entre el tamaño del arma y el del cuerpo que la porta. Tampoco la Iglesia pondrá a nuestra esposa en el dilema de continuar a nuestro lado, con hambre y sin esperanzas, o marchar bien lejos a vender barato nuestro trabajo, para cobrarse los beneficios. Tampoco la Iglesia será la Única, la Obligatoria, la que te niegue tú dignidad si no le perteneces, tú integridad si no te le entregas.
Ciertamente tú contrario puede convertirse en tú enemigo. En la década del cincuenta del siglo XX Fidel Castro entregaba sanos y satisfechos a los soldados que caían prisioneros del Ejército Rebelde, la sociedad cubana se sintió maravillada con la gallardía de aquél movimiento dispuesto a morir sin rencor. Como un triunfo del contrario se vivió el Primero de Enero de 1959, apenas días después comenzaron los fusilamientos sumarios, los juicios repetidos hasta conseguir la condena deseada, las depuraciones crueles; la conocida dinámica del crimen como forma de gobierno, la conversión no ya del contrario, sino del otro, en enemigo. Ese modo artero de sojuzgar que usaron los que parecían idóneos para el gobierno y que dura, sin ninguna duda, hasta nuestros días.
Nada de esto hay en las declaraciones que, desde La Iglesia Católica Cubana (no la "Iglesia Cubana") realizan algunos de sus intelectuales o clérigos. Si los autores del editorial El compromiso con la verdad[2] (Espacio Laical No 2 del 2012), elucubraron "un frente" contra la Iglesia Católica Cubana y su máxima autoridad eclesiástica en la isla, el Cardenal Jaime Ortega; no lo hizo Orlando Márquez Hidalgo, director de la Revista Palabra Nueva, en la ponencia presentada en LASA 2012 y titulada La Iglesia como puente de acercamiento. Ambas son publicaciones de la Iglesia Católica Cubana y ambas responden a la política actual de esa institución.
Tampoco pretendió Hidalgo que el puente que puede tender la Iglesia Católica Cubana  sea el único ni el mejor, que los que no quieran cruzarlo sean "incapaces de asumir un quehacer y un discurso bien fundamentado, sereno, propositivo e inclusivo"[3].
Dijo:
"…no basta la existencia del puente si las personas no están dispuestas a cruzarlo, o no sabemos construir y habilitar el puente. El significado necesita del significante, de lo contrario el puente puede ser tan solo una estructura-ficción,…[4]"

Algunas lozas faltan al puente desde el momento que personas como Yoani Sánchez o Dagoberto Valdez, entre otros, tan importantes en nuestra sociedad contemporánea, están ausentes por completo de cada uno de los números de sus revistas, de las invitaciones a sus actos académicos y litúrgicos, y de sus numerosas declaraciones oficiales, donde no faltan a menudo figuras relacionadas al estado enemigo.
Falta también el reconocimiento a esas mujeres extraordinarias que, vestidas de blanco y con flores en la mano, convergieron con la Iglesia Católica Cubana, no buscando la sombra de la institución sino aunando sus luces; el reconocimiento de Guillermo Fariñas, que con la fuerza que en las carreras de relevo potencia los rendimientos, mantuvo encendida la gran protesta que ultimó a  Orlando Zapata Tamayo. Ese reconocimiento falta y de ahí parten las reservas de contrarios que hoy pueden erigirse, reservas que no son, ni un muro para atropellar al vecino, ni un puente horadado para ver caer al que le cruza, como parecen haberse complacido en declarar los redactores de El compromiso con la verdad.
                                                                                      Boris González Arenas
                                                   





[1] Declaración del Concilio Vaticano II sobre las relaciones de la Iglesia Católica con las religiones no cristianas. Aprobada en San Pedro el 28 de octubre de 1965
[2] José Ramón Pérez, Roberto Veiga, Lenier González y Alexis Pestano
[3] "El compromiso con la verdad". José Ramón Pérez, Roberto Veiga, Lenier González y Alexis Pestano. Versión digital.
[4] "La Iglesia como puente de acercamiento" Orlando Márquez Hidalgo LASA 2012. Versión digital.

miércoles, 18 de abril de 2012

Los ingenios de Manuel Moreno Fraginals III


En su prólogo a Cuba. La forja de una nación, Rolando Rodríguez agradece a Fidel Castro, entre otras muchas cosas, por haberle facilitado la posibilidad de visitar los archivos de Washington. El prólogo está fechado en la Habana en el mes de octubre de 1997 y principia la edición financiada por CajaMadid. El primero de sus tomos está en mi poder hace años.
Cuando estudiábamos la carrera de historia en la Facultad de Educación a Distancia, alguno de los textos que debimos estudiar aseguraba que, en el conflicto interclasista, unos buscan anular el papel histórico de otros; del mismo modo los grupos ideológicos realizan depuraciones importantes permitiendo la supervivencia de fuentes, testimonios y elementos afines, mientras que condenan al ostracismo y la desaparición los testimonios hostiles. Quizás fuera en el libro de texto de la asignatura "Metodología de la investigación histórica" que se podía leer, junto a una cita de Lenin, que el marxismo o marxismo leninismo (que en una época fueron la misma cosa para nuestros países) reconoce la incidencia de la selectividad ideológica, eso en oposición a pretensiones  de imparcialidad que atribuía el texto a la ciencia histórica que llamaban burguesa.
Elevar una hipótesis al rango de indiscutible evidencia la subordinación del pensamiento a algún tipo de ortodoxia, se fuerza la libertad del intelectual para desvirtuarla en los terrenos de la conveniencia política de cualquier institución, colectivo o país. La gravedad de sus consecuencias no escapó a Manuel Moreno Fraginals ni a su investigación histórica. En "Hacia una filosofía, un lenguaje y un arte imperial" apuntaba, a propósito de la decadencia de la filosofía escolástica española y su subordinación al imperio colonialista español, que esta había pasado de ser una filosofía a ser una ideología[1]. En el mismo año (1989) afirmaba, a propósito de la historiografía cubana del momento: "El absurdo de querer limitar el marxismo a Marx: es decir, el absurdo de querer convertir los escritos de Marx, Engels y Lenin en libros sagrados que enseñan la verdad revelada y a partir de los cuales sólo es posible la exégesis, la interpretación"[2]
En 1989 nuestra historia intelectual más reciente, aquella en la que había tenido desarrollo la vida intelectual de Moreno, era el mejor ejemplo de  los efectos que acarreaba el sometimiento de la filosofía y las ciencias humanas a los intereses políticos. Moreno Fraginals tenía, por ello, una experiencia fértil para interpretar la información histórica en torno a la decadencia del imperio español[3].
No siempre había sido así, Oscar Zanetti asegura que la implantación de los moldes teóricos del llamado socialismo real son instrumentados en Cuba a partir del fracaso de la "Zafra de los Diez Millones" (1970) y trajeron consigo, en el plano teórico, que: "Tanto en la investigación como en la enseñanza, la investigación debía concentrarse en las "regularidades" históricas, aquellas pautas universales que señalaban el rumbo ineluctable de la humanidad y sustentaban un único modelo viable de construcción socialista"[4]. Era la consecuencia de que la sociedad cubana fue confinada (moldeada según Zanetti) en el retorcido sistemas de normas del llamado "socialismo real"[5].
Cuando Rolando Rodríguez agradece a Fidel Castro por las facilidades de que le proveyó para investigar en los Estados Unidos y España, no está sino confirmando la profunda selectividad de las instituciones políticas, muy distantes de la actividad intelectual. "Cuba. La forja de una nación", es un esfuerzo intelectual, pero también político. El autor siente la necesidad de definir la naturaleza de las actitudes de unos y otros, dentro y fuera del campo independentista. Aquellos que obstaculizaban el desarrollo conspirador de Martí y Maceo deben ser depurados con énfasis y se agradecen las fuentes que permiten encontrar los móviles de tal obstáculo.
A lo largo de todo el texto hay un concepto central: revolucionario. Más que "por su historial combativo, su capacidad organizadora, visión política y sacrificio total a su idea"[6], Maceo es grande por ser un "revolucionario legítimo[7]". Distante estaba de Manuel Moreno Fraginals esta avidez de desenhebrar la historia jerarquizando figuras, conceptos morales o hechos específicos. Tales consideraciones solo pueden ser sostenidas en sistemas teóricos de alto grado de selectividad, en los que es posible enajenar del elegido un mundo de trastadas, con muchos niveles de lectura, y todo ello sin temer ser puesto en evidencia por una comunidad intelectual más preocupada por sobrevivir, que por denunciar la farsa argüida. Este "sacrificar al intelectual" destruye el imaginario social respecto a su historia, su resultado es la poca información que la sociedad cubana tiene sobre las figuras históricas del país y la estupefacción en que quedan no pocos cubanos al enterarse de enemistades insalvables entre héroes indiscutibles o la hermandad entre hombres y mujeres a los que el cubano desinformado ubica en campos abiertamente contrarios.
No debe haber escapado a Fidel Castro, la máxima institución del castrismo, las posibilidades de la obra que Rolando Rodríguez desarrollaba. La exaltación de las figuras de Martí y Maceo y su constante apelación a la virtud revolucionaria parecen argumentar, de modo erudito, aquella pregunta constante en todos los exámenes de Historia de Cuba que debió contestar mi generación a lo largo de nuestra vida de estudiantes y que consistía en explicar por qué Fidel tenía razón al considerar que la revolución cubana era una desde el 1868 a 1959. Si en boca de Fidel tal pretensión no era otra cosa que una afirmación política -y en nuestros exámenes una muestra de lo que fue nuestra educación-, la obra de Rolando Rodríguez parece darle la verosimilitud intelectual que Fidel deseaba. 
En una entrevista realizada a propósito de haber obtenido el Premio Nacional de Ciencias Sociales en el año 2007, Rolando Rodríguez afirmó de Manuel Moreno Fraginals: "Si por fin comprobara que sus ayudantes no fueron los que le escribieron El ingenio, quizás lo respetaría un poco más, pero a un cambia casacas como ese no se le puede tener mucha admiración ni respeto".[8]

Son duras palabras para quien, sin dudas, no dedicó ninguno de sus libros a Fidel Castro ni consideró necesarias filiaciones institucionales que le permitieran viajar a cuenta de mecenazgo alguno. La decisión de un intelectual cubano de abandonar Cuba en la década del noventa, sin prebendas oficiales ni apoyo real, un intelectual de sobrado prestigio y mérito, para ir a vivir al extranjero, Miami en el caso de Moreno Fraginals, no puede sino ser interpretada como la realización de un derecho legítimo de autodeterminación, tomado además por un hombre ya en su vejez (Manuel Moreno Fraginals nació en 1920 y murió en el año 2001) y probablemente necesitado de superar, para él y su familia, las condiciones de miseria en que sumió el castrismo al archipiélago cubano; solo por el dolor producido se puede entender que Oscar Zanetti (la filiación de Rolando Rodríguez no da para aspirar a otra declaración) no haya querido, o no haya podido, aceptar la decisión de Fraginals.

Si llegado el país mejor nuestros estudiosos no quieren entender que un hombre es libre, que Moreno Fraginals no puede juzgarse a la ligera y que el compromiso con su familia, y la inmoralidad con que encharcó el castrismo a la Revolución Cubana, obligaron y obligan a replantear a la Patria, replanteando también sus enemigos y los destinos de sus hijos empobrecidos, entonces será ocasión para decir que no vamos por buen camino.

Desde muy temprano debió ser consciente Moreno Fraginals de las desviaciones que, del inspirador ideal revolucionario, había sufrido la institucionalidad cubana y el que resultó su máximo beneficiario: Fidel Castro. En su libro "Cuba/España, España/Cuba" señala con amargura la destrucción de lo que llama la cuenca lechera de Bayamo que había conseguido, a partir del ganado español, un ganado criollo  insuperable. Señala además como injustificada la nacionalización de las sociedades españolas, que prestaron un gran apoyo a la sociedad cubana, favorecieron los vínculos entre los descendientes de españoles e inspiraron al resto de la sociedad modelos de fraternidad de los que hoy carecemos.

Rolando Rodríguez se puede preciar de ser un intelectual revolucionario en la medida que pertenece al grupo de cubanos que aceptaron convertir la revolución en un movimiento político regido, más que dirigido, por Fidel Castro; donde la supeditación a la voluntad del líder y el apoyo a sus zigzagueos políticos, así como el adormecimiento de la conciencia crítica, ha garantizado, por medio siglo ya, posiciones de privilegio y reconocimiento, cuando menos degradantes, que ha distribuido el mismo líder a los que le sirven de alfombra y luminaria. Esa cómoda militancia explica que en una misma persona puede habitar, conscientemente, el apoyo a la estrangulación económica de la pequeña propiedad industrial y de servicios que tuvo lugar en 1968, las confiscaciones de locales, herramientas, junto al secuestro de una vida de trabajo y las consecuencias sociales que ello implicó; a la vez que el entusiasmo al acudir, incluso con algún capital, a la despenalización del libre desempeño de modestos oficios que el castrismo, sin asomo de vergüenza, acude presuroso a implementar cuando el reinado del espanto se hace más difícil de sostener.

Esta dinámica de progresivo envilecimiento produjo dos actitudes radicalmente diferentes en nuestra historia más reciente: la sublimación del orden que la motiva, en el caso cubano, más que la revolución el castrismo y, en el extremo opuesto, el repudio de ese mismo orden. Rolando Rodríguez y Manuel Moreno Fraginals son ejemplos de estas dos actitudes extremas, pero las implicaciones morales de una y otra son radicalmente diferentes.

Largo será nuestro retorno a un discurso nacional auténtico, sin silenciamientos ni omisiones. En ese algo extraordinario Manuel Moreno Fraginals camina entre negros y negras  esclavos y libres, entre hombres y mujeres que un día dejaron de explotar el trabajo de semejantes y se alzaron a construir una nación de todos, quizás alumbrados por alguna estrella de azúcar. En ese algo extraordinario también está nuestro sitio, desde el que podremos sentir las consecuencias de todo aquello que no queremos hacer hoy en nuestra patria destruida y secuestrada.

Boris González Arenas


[1] "…: se producía un tránsito mediante el cual una filosofía pasaba a ser una ideología." Moreno Fraginals, Manuel "Hacia una filosofía, un lenguaje y un arte imperial" En: Orbita de Manuel Moreno Fraginals Editorial Unión 2009 p. 365
[2] Riccio, Alejandra: "El ingenio de Moreno" Revolución y Cultura No 9 Septiembre 1989 p. 10
[3] De hecho el mismo Moreno Fraginals era consciente de la fuerza que tiene el presente de un autor en la forma como interpreta el hecho histórico. Refuta en "La historia como arma" el afán de descalificar al presente del autor como fuente de conocimiento y experiencias para la interpretación de la información histórica; lo descalifica, no como mentira absoluta, sino como "gran mentira parcial". Este "parcial" denota la capacidad del autor a la hora de entender la plasticidad de toda afirmación.
[4] Zanetti Lecuona, Oscar: "Isla en la historia: La historiografía de Cuba en el siglo XX" Ediciones Unión 2005 p. 52
[5] "Con el fracaso de la "Zafra de los Diez Millones" -1970-, en Cuba los arrestos experimentales cedieron su lugar a una sociedad moldeada cada vez más según las normas, en apariencia exitosas, del llamado "socialismo real" Isla en la Historia p. 52
Una periodización de la historia intelectual de 1959 a nuestros días es difícil. Si bien parece que el año setenta marca un antes y un después, no debe olvidarse que ese "antes y después" lo es para la generación de aquellos que eran muy jóvenes y de escaso protagonismo en 1959. Pero desde 1959 a la intelectualidad establecida se le hizo evidente los caminos arteros con que Fidel Castro comenzaba a empedrar la revolución en sus búsquedas democráticas. Jorge Mañach, Herminio Portell Vilá y Gastón Baquero fueron algunos de esos intelectuales que habrían sido imprescindibles para las nuevas generaciones que, privada de ellos, carecían de la necesaria postura crítica ejercida desde el prestigio de intelectuales sólidos y comprometidos. Ya en la Biblioteca Nacional en el año 61 se habían cerrado las primeras puertas al debate intelectual y no debe olvidarse que la revista "Pensamiento Crítico" (1967-1971), a la que no pocos citan como un adalid de la historia intelectual cubana, estaba centrada en el pensamiento marxista y el por entonces llamado revolucionario sin que existiera su contraparte crítica, lo que destaca la preeminencia temática del marxismo, impensable en la comunidad intelectual cubana de 1959, ni siquiera en la progresista o revolucionaria.
[6] Moreno Fraginals, Manuel: "Cuba/España, España/Cuba" España Editorial Crítica Grijalbo Mondadori 1995 p. 246
[7] Rodríguez, Rolando: "Cuba La forja de una nación" CajaMadrid España 1999 Tomo I Pág. 446 "No comprendían que en él operaba, como en cualquier revolucionaria legítimo, el deseo de conseguir el fin de la esclavitud por la lacra social que ésta representaba"
[8] Prieto Alfredo "Un historiador sin archivos es un repetidor o refritador de otros (Conversación con Rolando Rodríguez)" La letra del escriba No 66 Enero-Febrero 2008 p. 6

jueves, 5 de abril de 2012

Fuera de juego


Recuerdo poco del poema "Fuera de juego" de Heberto Padilla. En nuestra historia del arte habrá un capítulo que se titulará así. El poema testifica que a una persona, un hombre, le pidieron todo: la lengua, los brazos, las manos, las piernas, los ojos para, al final, decirle que eche a andar, que esa es la prueba decisiva de su entrega.

Ayer me dijo Harold Pérez Lamorú, pintor, director de arte, amigo, profesor del ISA, que, finalmente, fue despojado de su casa. Hace cinco años que su madre, Bertha Luisa Lamorú Hernández, y él, luchan para evitar la sombra del desalojo que se cernía sobre ellos. Pues bien, el pasado lunes 2 de abril de 2012 la policía rompió la puerta de la casa de Harold y sacaron a su madre a la calle con todas sus cosas. Al día siguiente ya había un nuevo inquilino, otro pobre diablo comprado con despojos. La dirección de la casa es: Carretera a Varadero Km. 2 1/2 Finca Jagüey No 1358 Cárdenas-Matanzas

¿Cuánto más hay que perder para que este pueblo diga basta?

La historia de cada familia cubana en el presente recuerda los personajes de W. Shakespeare. El dramaturgo inglés fue maestro en representar seres que ven próxima su ruina pero el destino les incapacita para evitarla.
Por al dolor que mi amigo me ha insuflado puedo visualizar, en este momento, a Macbeth diciendo: "quítales todo, el orgullo, la familia, la decencia, el honor, los bienes, quítales las ropas, los zapatos, el alimento. Su pasado con sus recuerdos, el futuro. Mientras más hondo sea el despojo, lejos de arrancarte la cabeza van a implorar que les dejes lo que tienen, y cuando así lo hagas, te darán las gracias como a un benefactor".

No pude decirle mucho a Harold porque sentí que cada palabra de consuelo que decía me salía falsa. Cuando alguien sufre profundamente hay poco que decir.

A mis oídos llegan las noticias de viejos políticos que están siendo arrestados, dirigentes (como les decimos en Cuba) de primera plana a la sombra de celdas mudas. Todo eso se cuchichea pues sus esposas no dan testimonio, sus hijos en el extranjero (como tantos hijos de políticos) no dan declaraciones, sus amigos evitan que les identifiquen.

Muchas familias no tienen que comer y adelgazan visiblemente, pero tampoco lo declaran por vergüenza. Se ceba la flaccidez en los ancianos y la ausencia de nutrientes compromete la salud de los niños. Los militares engordan y parecen nacidos con teléfonos celulares en el oído. El dengue, los quirófanos contaminados, los medicamentos en falta, los médicos emergentes, todo ello llega a nuestros oídos a modo de rumor y la reacción es replicarlo como llegó: en silencio.

Mi amigo Harold Pérez Lamorú abrió hace cerca de un año un espacio en Facebook para documentar el proceso del robo de su casa. Allí pueden encontrar los documentos emitidos por abogados cómplices. Uno de ellos no tiene cuño ni firma. El sitio se llama Necesario.
Rompiendo el silencio hacemos algo más que ayudar al otro, nos ayudamos a nosotros mismos.

Boris González Arenas

martes, 27 de marzo de 2012

Los retos de la amistad



                                     
                               




   a José Orlando T. S. Tajonera, por su vidable amistad
                                                 Amicus Plato, sed magis amica veritas[1]

Desde hace cuatro décadas el proyecto Criterios, una de las empresas culturales más admirables de la historia de nuestro país, lleva adelante la puesta en circulación de una revista especializada en temas diversos, todos relacionados con el estudio de "…la teoría de la literatura, las artes, y la cultura".[2]
Pero ni un proyecto ni una intención son extraordinarios si no son llevados adelante por hombres y mujeres especiales. El resultado del evento Criterios es extraordinario. Dentro de todos los que puedan haber colaborado o trabajado para el proyecto, Desiderio Navarro es, para todos los que le conocemos, su artífice. Aunque le conozco poco, siempre ha estado dispuesto a conversar conmigo de todos los temas en los cuales es un maestro. Desiderio Navarro puede despertar muchos recelos y dudas, pero su obra magnífica está ahí para inspirar, aún en último término, respeto y agradecimiento.
Cuando el pasado 28 de febrero de 2012 fui a la presentación del número 37 de la revista con la intención de intervenir desde el público, no era una persona desentendida ni desagradecida del gran proyecto de Criterios. No lo era entonces y, por supuesto, no lo soy ahora.
Lo que escribiré a continuación comparte mi admiración por Criterios, pero también mi compromiso con nuestro país y con tantos amigos que, desde la oposición a los desmanes de un castrismo degradante, buscamos concienciar, en todos los campos --y el intelectual es fundamental-, al colectivo ciudadano al que pertenecemos, el único actor que debe construir el presente. Criterios y mi país, dos amistades con las que quisiera contar siempre.
La actividad estaba citada para las tres de la tarde y ya Desiderio había anunciado la presencia de un panel que, como presentación del número y en la celebración del cuarenta aniversario de Criterios, discutiría sobre la esfera pública en Cuba.[3]La razón era que en el primer artículo de la revista, cuyo autor es Bernhard Peters,[4]se discute la pertinencia de lo que él llama "esfera pública". Partiendo de la lectura de este artículo, un panel notable haría una evaluación del modo como nuestra esfera pública se ajusta, o no, a la evaluación de Peters.
Estaban en el panel: Yasmín Portales, Jorge Luis Acanda, Arturo Arango, Rafael Hernández, Mario Castillo, Leonardo Padura y Roberto Veiga.
El primer problema fue a la llegada. A las tres de la tarde había en los bajos del ICAIC una cola numerosa. Los custodios hacían pasar de diez en diez a los asistentes, con el argumento de que así se organizaba la subida por el elevador. La realidad era que camino al elevador había varios sujetos –para mí desconocidos y yo desconocido para ellos (por suerte)- que se encargaban, de algún modo, de impedir la entrada a aquellos que, por alguna razón, consideraban incómodos para "la institución". El conocido procedimiento de no dejar entrar a los actos públicos a los miembros de la oposición, los únicos tradicionalmente ubicados como indeseables. De conciertos, actividades intelectuales, proyecciones cinematográficas, actividades políticas, los que en Cuba disentimos somos sistemáticamente apartados. Nosotros los opositores –un amigo juicioso se niega a declararse tal por la certeza de que no milita en una oposición, sino en la Posición- decimos Fidel Castro donde otros prefieren divagar; individualizamos la responsabilidad donde otros prefieren generalizarla; vamos en busca de la reunión de todos los cubanos sin condiciones donde otros prefieren leyes para flexibilizar; apostamos por la alegría donde otros se conforman con paliativos de la tristeza. Orlando Luis Pardo Lazo estaba en la cola, pero ya dos personas –según me enteré después- habían sido privadas de la entrada. Acababa de ponerme en la cola cuando escuché a Orlando Luis decir que el acto no era público, que no se confundieran los que allí asistían. Evidentemente lo acababan de sacar. La maniobra era hábil. Abajo, los impresentables, los agentes de la inseguridad del estrado, depuran la asistencia. Arriba, los intelectuales, de un modo limpio y sin agentes patógenos, pueden diseñar el discurso de nación que luego será consumido por una población ávida, pero sin encontrar en él el "algo" que quisieran haber escuchado y que no se pronunció. Ese algo, una vez más, debía quedar en las vísceras de los que no entraron.
Si todo el tiempo dudé acerca de mi intervención, cada nuevo evento la confirmaba. Llegado el momento entré –había dudado de lograrlo- y mi paso hacia el elevador no fue cortado por persona alguna. Arriba no alcancé asiento, todo el amplio salón estaba lleno. En el piso se sentó un grupo grande de personas. El total de las intervenciones duró más de dos horas, todo un reto para la atención. Pocas veces se puede escuchar, en Cuba, personas inteligentes pronunciándose sobre algún tema particular. Algunas de las reservas escuchadas sobre lo que allí se pronunció, no me han parecido justas y pienso que es equivocado desestimar de un plumazo la intervención de alguien porque no se pronuncia como yo quisiera. Más cuando ese alguien es veinte o treinta años mayor que yo y ha debido navegar en aguas esquizoides desde que tiene conciencia.
Estoy convencido de que el terror, el pavor, el miedo inmovilizante, legitiman las reglas de lo que lo provoca. El castrismo ha sido, por medio siglo, la principal fuente de miedo de este país. Todos hemos aprendido a temer por la apariencia de legitimidad que las movilizaciones millonarias insuflan; por el estudio cuidadoso de un discurso mediocre, pero imprescindible para sobrevivir, articulado desde el estrado por el comandante y traducido a un sentido común, que no lo es tanto, por similar número de aterrados; hemos temido por las cárceles; por el escarnio; por la soledad y, en última instancia, por el recurso infalible del Paredón, esa muerte definitiva a diferencia de todas las otras. Por otro lado la tragedia compartida establece las reglas de una solidaridad cómplice y el cubano ha sabido irse bandeando.
Pero todo ese edificio debe ser cuidado y en él el opositor no debe encontrar espacio. Eso pasó en la presentación de la revista Criterios. Al menos eso creo. De los panelistas solo uno, Mario Castillo –el más joven junto a Yasmín Portales-, condenó la represión habida en la entrada contra activistas del Comité Cubano por la Integración Racial. Los demás no consideraron, o por lo menos no lo expresaron, que fuera un atentado contra la libertad el privar a cubanos como ellos de entrar en un evento público.
Después de muchas horas, con las personas cansadas y deseosas de comprar la revista, tocó el turno al público. Fui el primero en levantar la mano y conmigo lo hicieron otros. Como estaba sentado en el frente, no podía adivinar la disposición del auditorio para escuchar a alguien más. Básicamente mi intervención sería sobre cuatro puntos, todos centrados en parte de lo que habían dicho los panelistas por este orden: Rafael Hernández, Jorge Luis Acanda, Roberto Veiga y Mario Castillo. Haré un breve recuento pues la memoria traiciona. Rafael Hernández había enumerado una serie de deseos de los cubanos. Creo recordar que eran nueve. El cubano quiere una salud pública de máxima calidad, no pagar impuestos, una libreta de abastecimientos cargada de productos y otros enunciados cuya carga material me pareció imprecisa. Jorge Luis Acanda hizo una breve relación de la esfera pública con elementos filosóficos precedentes, sobre todo el marxismo, y el modo como podían intervenir en la discusión de la esfera pública cubana. Roberto Veiga usó en su intervención el término "ciberchancleteo" que ha sido usado contra la comunidad blogger que denuncia los desmanes cotidianos. Mario Castillo hizo un análisis crítico del artículo de Peters y, como ya dije, fue el único de los panelistas que señaló la censura a algunos de los asistentes.
Para los que estábamos en el público había un micrófono dispuesto en el salón. Primero debí presentarme y después comencé mi intervención. Expresé que con la enumeración de Rafael Hernández yo no me identificaba. Los deseos del cubano, que él enunció, no son mis deseos. Afirmé que no necesariamente quiero verme en el Hospital Cimeq –la institución hospitalaria a que se había referido Rafael Hernández y que sirve, junto a otros edificios, para dar servicios de salud de excelencia a la clase política cubana en contraste con el gran deterioro de las instalaciones de salud del país-, sino que puedo conformarme con ver a Raúl Castro en la misma consulta de cualquier anciano o a su nieto en un hospital pediátrico como el de Centro Habana, donde no hace mucho debí ingresar a mi hijo. El ofensivo contraste entre nuestras condiciones de vida y las de la laya política cubana era el centro de esta observación. Decir Fidel Castro o Raúl Castro, en medio de una crítica al gobierno es "pasarse de la raya", convertirse automáticamente en alguien que debe ser ignorado, a quien es mejor no haber oído y ese era mi deseo ese día, que se oyera. Considero que ya Rafael Hernández, al señalar el hospital donde los beneficiados del poder se atienden, denunciaba a la usanza de los años ochenta, donde bordeando la frontalidad se hacían todas las acusaciones. Pero no son tiempos de bordear la frontalidad, si es que alguna vez lo fueron. El cambio joven[5] y radical es imprescindible si no queremos tener que ir al fondo del mar a sacar, como a una nueva Atlántida, el cuerpo de Cuba.
Sobre la intervención de Acanda me limité a declarar mi distanciamiento de una interpretación que establece la dependencia de los paradigmas éticos de los ordenamientos socio-económicos. Específicamente el marxismo, al que se había referido Acanda, cuya lógica de que el hombre primero tiene que comer para luego poder pensar establece una jerarquización que me parece ajena a nuestra condición humana. Sin pretender, por supuesto, que el marxismo sea un islote disociado del pensamiento filosófico o una preocupación fútil dentro de los estudios humanos.
Roberto Veiga introdujo un tema de particular importancia. Al usar la palabra "ciberchancleteo" ponía de relieve otra actitud muy cotidiana: la desestimación fácil de los que militamos en la oposición. El mote ha sido usado para devaluar la práctica de Yoani Sánchez, Claudia Cadelo, Lía Villares y más blogueros cubanos. Hice especial énfasis en esto, y en que cuando los medios oficiales cubanos, tan adictos a lo mediocre e inmoral, hacen gala de ello, no se ve la misma reacción crítica en nuestra sociedad intelectual. Usé como ejemplo el artículo "¿Para quién la muerte es útil?"[6], mandado a escribir a Enrique Ubieta por el estado cubano para dar la noticia de la muerte de Orlando Zapata Tamayo. No se puede decir que Ubieta sentó un precedente, porque lo que hizo lo ha estado haciendo Fidel Castro Ruz por más de cincuenta años. Denigrar seres humanos que no tienen ni los medios ni, como en este caso, la vida para responder. Pero fue un artículo vergonzoso, que en una ciudadanía sana habría ocasionado una respuesta inmediata, a la altura de la que dio el mundo. En su réplica, Veiga afirmó que el uso de la denominación "ciberchancleteo" se refería a todo lo mediocre que se mueve en Internet, sin distinguir militancias humanas. Aunque está claro cuál fue el origen de este apelativo, la afirmación de Veiga fue positiva. Al no desestimar que Enrique Ubieta pueda participar de la mediocridad, lo consideré incluido por Veiga. Al no declarar quiénes de los que escribimos desde la oposición podemos ser señalados al modo de Ubieta, podemos no sentirnos aludidos.
Por último alabé la conducta de Mario Castillo al denunciar las censuras habidas en la entrada de la actividad y eché de menos que no hubiera sido secundada por los demás panelistas. Sugerí que ningún evento intelectual debe desarrollarse sin la condena explícita de los actos de represión que buscan filtrar los asistentes.
Los panelistas escucharon mi intervención con respeto y si las respuestas de ellos fueron con mayor o menor molestia, ninguna la consideré infamante. Rafael Hernández respondió a lo que dije asegurando que los deseos del cubano enumerados por él no corresponden a un sujeto de cierta inmoralidad –como lo había calificado yo- sino que el cubano, por alguna razón que no comprendí, se considera con especial derecho a lo mejor. No estoy de acuerdo con él y no dejo de ver, aun en esta respuesta, una velada referencia al argumento oficialista de que el cubano de hoy, por los derechos dados por la revolución y el socialismo, tiene unas expectativas de vida extraordinarias. Si en la década del cincuenta nuestras expectativas no hubieran sido elevadas, la gran Revolución Cubana, la revolución ciudadana que secuestraron astutamente Fidel Castro y sus secuaces, sin dudas no se hubiera producido. Las redes de abastecimiento de las montañas, que desde las más distantes bodegas de la ciudad llevaban alimentos, por las vías más disímiles, a los rebeldes; las fuentes de financiamiento que permitieron la compra de información, armas, medicinas y demás necesidades; y el apoyo de los mejores gobiernos extranjeros que, con una admiración añorada hoy, favorecieron el asentamiento y la organización de exiliados revolucionarios, nada de eso se habría producido. Tampoco se habría producido la entrega extraordinaria de millones de seres humanos que, una vez triunfada la Revolución y creyendo ver en Fidel su garantía, entregaron cuanto tenían después de una vida de trabajo en pos de expectativas enormes. La memoria de tales eventos y la constatación de la insania moral de sus beneficiarios, demudan la vergüenza y confirman la situación cubana como una de las tragedias más grandes de la historia contemporánea.
La respuesta de Desiderio Navarro afirmando que la institución se permite el derecho de admisión, sabiendo que su uso no es contra quienes vienen drogados, indebidamente vestidos o ebrios, sino contra los que militamos en la denuncia del régimen cubano, no puede satisfacer.  Aun viniendo de la autoridad que le cabe, la verdad es que en la práctica verificable los que han sido expulsados de la institución son los miembros de la oposición visible cubana. Le pediría yo, para evitar próximas envestidas a nuestro legítimo derecho, la realización de las presentaciones en los numerosos espacios verdaderamente públicos de la isla. Como quiera que decida él hacer, el proyecto cultural Criterios ha sido y es prueba de su claridad, capacidad creativa y energía sin límites por más de cuarenta años y felicitarlo después de tantas pruebas de constancia, es el menor de los homenajes posibles.

                                                                              Boris González Arenas                                           La Habana, 13 de marzo de 2012

Artículo realizado para la revista Voces (No 14) presentada en casa de Yoani Sánchez el pasado viernes 23 de marzo de 2012.
                                                          


[1] Atribuida a Aristóteles, la famosa frase significa: Soy amigo de Platón, pero más amigo soy de la verdad. Ha sido muy usada para significar que no basta con que una opinión sea usada por una autoridad para que sea aceptada.
[2] Así versa en la nota que aparece escrita en el borde superior izquierdo de la portada de cada número
[3] Decía una de sus convocatorias: "Desde el pasado domingo se encuentran en el Aeropuerto de La Habana, ocasionando ya pago de sobrestadía, los ejemplares del número 37 de la revista Criterios, uno de los más logrados de su trayectoria - -nuevamente por la presencia de algunas de las más grandes figuras y grandes temas del pensamiento mundial actual. 
Aun si Ediciones Unión mantuviera su negativa a firmar esta vez la solicitud de extracción aduanal establecida "por lo que puede haber dentro de esa revista", y aunque se repitieran, como en días recientes, los actos de vandalismo furtivo en la sede del Centro, allí celebraremos, el próximo 28 de febrero, el 40 aniversario del comienzo, en un lejano febrero,  de la lucha de Criterios por la circulación local de lo mejor del pensamiento cultural mundial  y contra el autobloqueo y el monologismo antiintelectual. 
A todos aquellos que sientan que con estas cuatro décadas de publicaciones y actividades  Criterios los ayudó en algo en su formación o información o trabajo, y que desearan que lo siguiera haciendo a pesar de todos los obstáculos, los invitamos a expresarlo esta única vez con su asistencia".
[4] Peters, Bernhard: El sentido de la esfera pública Revista Criterios No 37 2011, pp 5-54.
[5] O sea, todo lo que sea menor de ochenta años.
[6] 27 de febrero de 2010
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